El centro de asesoramiento legal Cubalex alertó sobre el riesgo que corre la vida y la integridad física del preso político Cristian Jorge Labrada Fonseca, condenado por sus publicaciones en redes sociales mientras cumplía el Servicio Militar Obligatorio.
“Estamos frente a un caso de violación grave del derecho a la información, de la libertad de expresión, de la libertad de opinión, que es un derecho absoluto que no se puede restringir bajo ningún concepto”, explicó a Martí Noticias la abogada Giselle Morfi, jefa del equipo legal de Cubalex.
En julio de 2024, el Tribunal Militar Territorial de Sancti Spíritus sentenció a Labrada Fonseca, con solo 20 años, a 10 de privación de libertad por “delitos contra el orden constitucional”, “desacato” y “delito cometido en el cumplimiento del servicio de guardia u otros servicios especiales”.
Su madre, Surama Fonseca Guerra, relató a nuestra redacción que Cristian Jorge estaba destacado en una unidad militar de Cabaigúan, en Santi Spiritus. Se encontraba de pase cuando un grupo de seis militares se presentaron en su vivienda de la comunidad Quemadito, en las afueras de Fomento, un municipio perteneciente a la misma provincia.
“Veintiún días lo tuvieron en el Departamento de Prevención del MININT [Ministerio del Interior] en Sancti Spíritus; y de ahí me lo trasladaron para Nieve Morejón y hasta ahora se encuentran ahí”.
Fonseca Guerra consideró que el tribunal fue extremadamente insensible, teniendo en cuenta la poca edad de su hijo, su inmadurez y el delito en el que incurrió. “Durante una guardia, escribió en las redes “que si hubiera tenido un francotirador, mataba al presidente, que si él no soportaba el servicio militar y esas cosas incoherentes. ¡Le faltaban seis días para salir del servicio militar!”
De acuerdo con la sentencia del órgano militar, Labrada Fonseca, a través de Facebook, “interactuó y empezó a seguir las cuentas contrarrevolucionarias nombradas CiberCuba, Alex InfoCuba y Ultrack, las cuales son incitadoras a que el pueblo cubano desarrolle acciones de violencias contra el gobierno”.
El documento detalla que el acusado se comunicó con el exiliado cubano radicado en Estados Unidos, Jorge Batista Calero (Ultrack), que aparece en la Lista Nacional de Personas y Entidades sometidas a investigaciones penales por el Ministerio del Interior por presuntamente "promover y financiar actos terroristas".
Agrega que, a raíz de las protestas del 17 de marzo de 2024, en Santiago de Cuba, el joven, mientras realizaba su “servicio de guardia (...), observó todas las publicaciones contrarrevolucionarias de Ultrack que estaban en las redes sociales de Facebook y You Tube" y solicitó que se le enviara armas al país.
El pasado 3 de junio, Labrada Fonseca fue recluido en un destacamento con un régimen de mayor rigor, donde están los reos con múltiples condenas por delitos graves y conductas violentas en la prisión Nieves Morejón, de Sancti Spiritus.
Desde el punto de vista legal, “a pesar de que las personas sean primarios, si la sanción que se les impuso es mayor de ocho años de privación de libertad pueden estar en un régimen severo”, apuntó la jurista.
Pero la ubicación del joven en un destacamento donde están encarcelados hombres de alto nivel de peligrosidad es una forma de amedrentarlo, indicó la jurista.
Organizaciones defensoras de los derechos humanos, entre ellas Cubalex, han advertido que esta práctica pone al preso político en extrema vulnerabilidad, al exponerlo a un entorno hostil que pone en riesgo su integridad física, emocional y psicológica. Además, lo priva de uno de los propósitos de las sanciones que es el de la reeducación.
“¿De qué manera tú vas a reinsertar a este hombre después, a nivel social? El efecto que estás provocando es todo lo contrario, lo estás exponiendo a una situación de supervivencia, donde incluso puede ser que esta persona se vea obligado a cometer un delito para defenderse a sí mismo”, precisó Morfi.
“Las amenazas e intimidaciones que están aplicando para callar a los presos y a sus familias es una estrategia que implica tortura psicológica. El aislamiento social es una forma de tortura que te afecta muchísimo a nivel psicológico. Si a eso le sumas amenazas de más prisión, estás matando psicológicamente a esta persona, y eso produce efectos también a nivel físico”, puntualizó la directiva de Cubalex.
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